Tus manos me buscan en el frío de invierno



Los fríos de invierno
reventaron las entrañas
                      de la tierra.
Escapamos,
buscamos refugio.

Tus manos congeladas
           —a la luz de un quiromante
           práctico y orgulloso—,
repitieron el mismo destino,
y nosotros, enclaustrados.

Habitamos una caverna nívea.
Estamos de frente
           en un diálogo inagotable.
Nuestras voces recorren
           sus ecos.

Vuelve el frío
sin el cuerpo del invierno:
tus manos me buscan.
           Agazapados
                      nos reconstruimos.

No hay comentarios: