El ruido de turbinas constantes es parte del ambiente sonoro que envuelve una de las colonias populares de la Delegación Gustavo A. Madero: la Cuchilla del Tesoro. Sus habitantes se han arraigado no sólo al sitio, en el que han vivido por años, han encontrado un estilo de vida propio. En la Cuchilla hay tradiciones y costumbres, hay artistas y habitantes conscientes; sin embargo, también hay delincuencia, adicciones y pobreza.
David Solís Sánchez | Cultural Vox
García Márquez apuntó: “La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”. En la memoria de Yuliana García están los buenos recuerdos, los momentos que hicieron de su infancia y juventud lo que hoy refleja a través del rescate cultural, de la conciencia colectiva y del trabajo continuo. La Cuchilla del Tesoro es un espacio de cambio. Por medio de ILoveCuchilla -Fanzine distribuido en la zona- se han alternado una serie de proyectos que buscan la cooperación y participación cultural de los habitantes.
Yuliana García ha trabajado con el apoyo de los mismos vecinos. El proceso es arduo y pese a ello, siguen avante.
>Yuliana, antes de I Love Cuchilla, háblanos de ti.
Soy muy intensa. Practico yoga y me interesa el cine documental. Soy periodista y promotora cultural, egresada de la FES Aragón. He trabajado para diversos medios de comunicación y desde 2015 edito ILoveCuchilla, El Fanzine, una publicación completamente gratuita que distribuimos en la colonia Cuchilla del Tesoro y otras aledañas, como San Juan de Aragón, Ciudad Lago, Taxímetros y Bosques de Aragón.
Has vivido muchos años en la Cuchilla del Tesoro, ¿Cuáles podrían ser tus mejores recuerdos?
Me tocó vivir la infancia en esta peculiar colonia asediada por el caos aéreo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Conforme fui creciendo me di cuenta que me avergonzaba ser parte de este lugar. Seco, insípido, sucio y con un alto índice de delincuencia. La colonia tenía muy mala fama. Desde entonces la apodaban la Cuchilla del Terrror. Mis compañeros de la escuela nunca querían ir a mi casa a hacer tareas, porque sus papás les decían que en mi colonia, robaban o mataban. Nunca me sentí identificada, y cuando podía negaba ser de la Cuchilla. Recuerdo que en Semana Santa casi siempre íbamos con toda la familia a ver la representación de La Pasión de Cristo en las canchas de la colonia, organizada por un colectivo de barrio coordinado por don Jorge, “El Chato”. Para muchos vecinos fue nuestra primera experiencia con el teatro de calle. Aunque no entendíamos mucho, nos encantaba ver a tanta gente junta. Llevaban caballos, látigos, cruces, vestuario, escenografía… sí era algo que impresionaba, sobre todo a los que éramos pequeños. Poco a poco el encanto de esos tiempos se fue desvaneciendo.
Dicen que los nuevos proyectos comienzan en sueños, pensamientos fugaces o la visualización de necesidades específicas, ¿Cuál fue el motor de arranque de ILoveCuchilla?
El motor, fue sin duda la búsqueda de la transformación social.
Había renunciado a mi trabajo como reportera. Tenía tiempo libre y comencé a buscar la forma de emplearlo. Me acerqué a la Casa de Cultura de la colonia y descubrí que el espacio estaba secuestrado por líderes vecinales ligados directamente con el partido político que administra la delegación. No había nada qué hacer. Clases de zumba y macramé. Su prioridad no era la promoción cultural sino la compra discreta de votos.
Fue ahí cuando me di cuenta que yo podía hacer algo para que las cosas cambiaran. Así, un grupo de vecinos comenzamos a organizar conciertos, talleres, clases de yoga masivas y otras actividades que vincularan a la comunidad. Llevamos al Ballet Folklórico de la UNAM a la explanada del mercado. En noviembre colocamos una megaofrenda en las canchas. Un concierto de acordeón, otro de rock. Las cosas fueron pasando.
Luego vino la necesidad de crear un medio de comunicación para poder contactar con la mayor cantidad de vecinos posibles y que todos pudieran ser parte. Las demandas fueron creciendo. Y así poco a poco fuimos acumulando entrevistas, documentos, fotografías y videos que han ido reconstruyendo la memoria del barrio.
¿Es la Promoción Cultural una solución parcial a algunos problemas que se viven en la colonia?, ¿Cómo cuáles?
A través de la sensibilización podemos generar consciencia social. El arte es una herramienta. Nuestra misión como promotores culturales es traer experiencias nuevas a la comunidad. Existen vecinos que jamás han ido al teatro. Que nunca han asistido a un concierto de música tradicional o que no tienen idea de que en el Bosque de San Juan de Aragón, (muy cerquita de ellos), existen proyecciones de cine completamente gratuitas.
Hay que llevar el arte a las calles, para que la gente pueda acercarse. Debemos provocarlos un poco, para que reaccionen, para que sientan algo: empatía por EL OTRO que es igual a ÉL. Necesitamos que la gente apague sus televisores.
Yuliana, de manera muy general ¿Cómo está avanzando el proyecto?
Estamos editando nuestro fanzine número ocho. Cada día conectamos con más vecinos. Estamos muy contentos.
El Fanzine incluso estuvo presentándose en el Zócalo de la ciudad de México…
La intención es llevar también el fanzine por muchos lugares. Difundir la idea de crear medios locales en cada una de las colonias de la Ciudad de México que fomenten la construcción de identidad y promuevan el arte.
¿Hubo o hay obstáculos en la edición o distribución de ILoveCuchilla?
Miles. Todo el tiempo. Afortunadamente siempre hemos podido librarlos, gracias al apoyo de los vecinos. ILoveCuchilla no sólo es un Fanzine… ILoveCuchilla se ha convertido en un referente de identidad. La gente lo busca, busca ser parte de él. Se identifica, se involucra. Eso le ha dado vida propia al proyecto.
La Cuchilla tiene muchas carencias, ¿cuáles son las actividades prioritarias para subsanarlas?
La organización social, fuera de intereses partidistas. Los vecinos tenemos que conocernos para poder ponernos de acuerdo. Hay muchos temas que jamás han sido prioritarios para quienes “nos representan”. Como el desarrollo social y cultural de la comunidad y la recuperación de espacios públicos. Los problemas ya no son los mismos que en la década de los ochenta o noventa.
En este momento, tienen una filosofía como organización en pro de la comunidad ¿Cuál es?
Sobre todo: urge organizarnos. La organización civil es la única vía que vemos como alternativa ante la indiferencia de las autoridades por la problemática social real. Los jóvenes necesitan alternativas para dejar de juntarse en las esquinas de las calles solo para consumir alcohol u otras drogas. Hay que seguir convocando a la gente, a participar e incentivar el interés por su propio espacio.
¿Qué hay que decir a lo vecinos para mantener este proyecto?
Como ciudadanos tenemos mucho poder. Para poder hacerlo valer debemos hacernos escuchar. Comprender nuestra realidad inmediata y desear transformarla es un buen comienzo. No podemos pensar que resolveremos las cosas desde nuestro muro de Facebook. Todos somos parte del problema y también de la transformación.*
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