La literatura es una fuerza en el mundo y no me imagino
la vida sin literatura. La vida sin arte es inimaginable”.Paul Auster
la vida sin literatura. La vida sin arte es inimaginable”.Paul Auster
El escritor, guionista y director de cine estadounidense Paul Auster, ha logrado incursionar en distintos géneros literarios y sus novelas son conocidas porque, tras su estilo sencillo, existe una compleja narrativa que poco a poco ha creado una nueva forma de contar historias. Algunos de sus lectores están convencidos de que Auster es de los escritores que saben reinventarse en cada nuevo libro e impactar con elementos como el azar y la contingencia, pues no cree en casualidades.La poesía que Paul escribe se reconoce en su sonoridad, en la precisión temática que juega con la naturaleza y todo lo que la envuelve. Habla de la vida y la muerte; incluso, en sus poemas valora el acto de escribir y lo relaciona con la supervivencia del ser. En una parte del libro “Poesía Completa”, Auster hace una revisión de su “Ground Work”, un trabajo que lo considera de preparación y pinta un estilo que se refleja en sus creaciones posteriores. La poesía, como el preludio de un arduo trabajo literario, lo lleva al encanto y desencanto del lenguaje, a la claridad y oscuridad de sus historias. Aprendió a brillar en sus versos y en una prosa poética que osa de ambientes lúgubres y otros deslumbrantes.
Entre sus silencios, sus pausas cortas y poemas breves, repasa el hermetismo, la soledad, el “Yo“ en un intento de satisfacción. Los años y las vivencias del poeta estadounidense le dejaron cicatrices que retrata en cada uno de sus poemas, en los que transmite su postura ante la naturaleza que abraza al hombre con detalles místicos, habla del color, textura, sabor y la forma del todo.
Las raíces se doblan al paso del gusano
y el tamiz del reloj cohabitan el corazón
del gorrión. Entre rama y aguja, la palabra
menosprecia su nido, y la semilla,
mecida por confines aún más simples,
se niega a confesar.
Sólo el huevo gravita.
—
En el agua: mi ausencia en la aridez. Un flor.
Una flor que define el aire.
En el pozo más hondo, tu cuerpo es mecha.
—
La corteza no basta. Envuelve
fragmentos redundantes, no le importa
cambiar roca por savia, sangre
por azarosos borboteos,
mientras la hoja cuelga picada, moteada
de aire, ¿y por cuánto más, surcada
o envuelta, entre el perro y el lobo,
por cuánto tiempo más habrá de señalarte
al hacha su ventaja satisfecha?
—
Pulso
Esto que retrocede
se acercará a nosotros
al otro lado del día.
se acercará a nosotros
al otro lado del día.
Otoño: una sola hoja
comida por la luz: y el verde
mirar del verde sobre nosotros.
Allí donde la tierra no se para,
allí también nosotros seremos esa luz,
incluso mientras la luz
muere
en la silueta de una hoja.
comida por la luz: y el verde
mirar del verde sobre nosotros.
Allí donde la tierra no se para,
allí también nosotros seremos esa luz,
incluso mientras la luz
muere
en la silueta de una hoja.
Mirada boquiabierta
en el hambre del día.
Donde no hemos estado
estaremos. Un árbol
arraigará en nosotros
hasta erguirse en la luz
de nuestras bocas.
en el hambre del día.
Donde no hemos estado
estaremos. Un árbol
arraigará en nosotros
hasta erguirse en la luz
de nuestras bocas.
Coral
Entre silices que relinchan,
en el trote del sueño
que te ayudó a cruzar
el campo militante y enjambrado de tréboles:
en el trote del sueño
que te ayudó a cruzar
el campo militante y enjambrado de tréboles:
este pedazo
de tierra que vuelve a crecer
hacia nosotros, hecho añicos
por el tono agudo, aflautado
que te reta múltiple, abiertamente
en tu más extrema
palabra herética.
de tierra que vuelve a crecer
hacia nosotros, hecho añicos
por el tono agudo, aflautado
que te reta múltiple, abiertamente
en tu más extrema
palabra herética.
Sin prisa,
mojas tu dedo en la herida
de donde
mi voz se escapa.
mojas tu dedo en la herida
de donde
mi voz se escapa.
La emoción de los hombres también se reducen a un todo; cada verso es un influjo de sensaciones que el cuerpo y sus funciones define para la supervivencia; respirar, dormir, morir y más, son las referencias que Auster incluye en su obra.
Noches blancas
Nadie aquí,
y el cuerpo dice: cuanto se diga
no debe ser dicho. Pero nadie
es un cuerpo igualmente, y lo que el cuerpo dice
nadie lo oye
sino tú.
Nadie aquí,
y el cuerpo dice: cuanto se diga
no debe ser dicho. Pero nadie
es un cuerpo igualmente, y lo que el cuerpo dice
nadie lo oye
sino tú.
Nevada y noche. La repetición
de un asesinato
entre los árboles. La pluma
se mueve por la tierra: ya no sabe
qué va a ocurrir, y la mano que la sostiene
ha desaparecido.
de un asesinato
entre los árboles. La pluma
se mueve por la tierra: ya no sabe
qué va a ocurrir, y la mano que la sostiene
ha desaparecido.
Escribe, sin embargo.
Escribe: en el principio,
entre los árboles, un cuerpo vino caminando
desde la noche. Escribe:
la blancura del cuerpo
es del color de la tierra. Es tierra,
y la tierra escribe: todo
es del color del silencio.
Escribe: en el principio,
entre los árboles, un cuerpo vino caminando
desde la noche. Escribe:
la blancura del cuerpo
es del color de la tierra. Es tierra,
y la tierra escribe: todo
es del color del silencio.
Ya no estoy aquí. Nunca he dicho
lo que tú dices
que he dicho. Y, sin embargo, el cuerpo es un lugar
donde nada muere. Y cada noche,
desde el silencio de los árboles, sabes
que mi voz
viene caminando hacia ti.
—
lo que tú dices
que he dicho. Y, sin embargo, el cuerpo es un lugar
donde nada muere. Y cada noche,
desde el silencio de los árboles, sabes
que mi voz
viene caminando hacia ti.
—
Fragmento del frío
Porque nos volvemos ciegos
en el día que expira con nosotros,
y porque hemos visto a nuestro aliento
nublar
el espejo del aire,
el ojo del aire no ha de abrirse
a nada salvo a la palabra
a lo que renunciamos: el invierno
habrá sido un lugar
de madurez.
en el día que expira con nosotros,
y porque hemos visto a nuestro aliento
nublar
el espejo del aire,
el ojo del aire no ha de abrirse
a nada salvo a la palabra
a lo que renunciamos: el invierno
habrá sido un lugar
de madurez.
Nosotros, convertidos en los muertos
de otra vida que la nuestra.
—
de otra vida que la nuestra.
—
Habla de fuego
Te desvías. Te derrumbas.
Te yergues.
Te yergues.
Mecido
por el gong de las horas
que golpeó el acebo
doce veces
más callado que tú, algo, puesto
en libertad por alguien,
salva tu nombre del carbón.
por el gong de las horas
que golpeó el acebo
doce veces
más callado que tú, algo, puesto
en libertad por alguien,
salva tu nombre del carbón.
Allí te yergues
de nuevo, respirando
en el sol fantasmal
entre hielo y ensueño.
de nuevo, respirando
en el sol fantasmal
entre hielo y ensueño.
He llegado tan lejos
por ti: la voz
cuyo eco resuena en mí
ya no es la mía.
por ti: la voz
cuyo eco resuena en mí
ya no es la mía.
Los versos de Paul Auster también describen al lenguaje, a la palabra y al habla de un modo determinante, porque su relación con la expresión no huye jamás de la relación entre el hombre y la naturaleza, o aquella que existe entre la palabra y el hombre.
Jeroglífico
El lenguaje de los muros.
O una última palabra:
cortada
de lo visible.
O una última palabra:
cortada
de lo visible.
Uno de Mayo. La metamorfosis
del juicio salomónico
en piedra. La justa
sentencia del sendero pronunciado,
desliada en el remolino
de semillas
y recuerdos del polen. No
emerjas, Edén. Quédate
en las bocas de los perdidos
que te sueñan.
del juicio salomónico
en piedra. La justa
sentencia del sendero pronunciado,
desliada en el remolino
de semillas
y recuerdos del polen. No
emerjas, Edén. Quédate
en las bocas de los perdidos
que te sueñan.
Sobre trueno y abrojos: el aire clandestino
arma
a la aliaga del rayo y al silencio
de cada cielo
en barbecho. Hebreo de sangre. O lo que
traduce
el cambio de mi cuerpo
a imagen de la tierra.
arma
a la aliaga del rayo y al silencio
de cada cielo
en barbecho. Hebreo de sangre. O lo que
traduce
el cambio de mi cuerpo
a imagen de la tierra.
Este cuchillo
que tiendo contra tu garganta.
—
que tiendo contra tu garganta.
—
De sombra a sombra
Contra la fachada del atardecer:
sombras, fuego y silencio.
Ni siquiera silencio, sino su fuego,
la sombra
que arroja un respirar.
sombras, fuego y silencio.
Ni siquiera silencio, sino su fuego,
la sombra
que arroja un respirar.
Luces del norte
Éstas son las palabras
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desaparecer
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desaparecer
en el mundo. Inalcanzable
luz
que preside la tierra, alimentando
el breve milagro
luz
que preside la tierra, alimentando
el breve milagro
del ojo abierto…
y el día que habrá de extenderse
como un fuego de hojas
por entre el primer viento frío
de octubre
como un fuego de hojas
por entre el primer viento frío
de octubre
consumiendo al mundo
en la sencilla habla
del deseo.
—
Oír el silencio
que sigue a la palabra de uno mismo. Murmullo
de la más mínima piedra
tallada a imagen
de la tierra; y que los que
hablen
no sean más
que la voz que los habla
al aire.
Y dirá
de cada cosa que vea en este espacio,
y se lo dirá al muro mismo
que crece ante él:
y también para esto
habrá una voz,
aunque no será la suya.
Incluso a pesar de que habla.
Y porque habla.
del deseo.
—
Oír el silencio
que sigue a la palabra de uno mismo. Murmullo
de la más mínima piedra
tallada a imagen
de la tierra; y que los que
hablen
no sean más
que la voz que los habla
al aire.
Y dirá
de cada cosa que vea en este espacio,
y se lo dirá al muro mismo
que crece ante él:
y también para esto
habrá una voz,
aunque no será la suya.
Incluso a pesar de que habla.
Y porque habla.
Está solo. Y desde el instante en que empieza a
respirar,
respirar,
no está en ningún sitio. Muerte plural, nacida
en las mandíbulas de lo singular,
y la palabra que
construiría un muro
a partir de la piedra
más interna de la vida.
construiría un muro
a partir de la piedra
más interna de la vida.
Pues nada: de lo que habla
es él;
y a pesar de sí mismo,
dice yo, como si también él
empezara a vivir en todos
los otros
es él;
y a pesar de sí mismo,
dice yo, como si también él
empezara a vivir en todos
los otros
que no son. Pues la ciudad es
monstruosa, y no hay en la boca
fugas
que no devoren la palabra
de uno mismo.
monstruosa, y no hay en la boca
fugas
que no devoren la palabra
de uno mismo.
Por tanto, están esos muchos,
y están
todas esas vidas talladas
en las piedras de un muro,
y están
todas esas vidas talladas
en las piedras de un muro,
y aquel que fuera a respirar
aprenderá
que no hay más destino
que éste.
aprenderá
que no hay más destino
que éste.
Por tanto, empieza de nuevo,
como si, por última
vez, respirara.
vez, respirara.
Pues no hay más tiempo. Y lo que empieza
es el final del tiempo.
Cada poema es una invitación a la seducción poética que se sirve de la practicidad y de una realidad completa. Auster nos presenta sus textos de preparación y sabe del impacto que poseen, incluso él mismo lo menciona: “Aún siento gran apego por la poesía que escribí… es probable que sea lo mejor que he escrito”; poemas que puedes encontrar en el libro “Poesía completa” (2012).
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Publicado en Cultural Colectiva:
http://culturacolectiva.com/poemas-de-paul-auster-para-experimentar-la-seduccion-y-evitar-la-realidad/
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