Ellos, los otros
Testarudos pasean
por suelos que no he pisado;
bajo el almendro seco, roído,
sus sombríos cuerpos.
Son los manchados por el viento:
los otros.
Vivos, débiles,
no se han reconocido,
han devuelto su propia sangre.
Hijos del decoro que nada abandonan:
corren, corren, se cansan, se perdonan.
Entre ellos todo es decente.
Cómodos en sus brillantes caminos
se deshacen al ruedo del regodeo,
tramitan un pase de voluntad.
Son los manchados por el viento:
los otros.
Se viven,
se sirven de la mano del otro;
se premian,
se castigan,
se permiten el error
ante el protegido reino.
Mil soles
Pueblo estrecho de mil soles intactos
hallados en caminos,
hombres reviran en llanos recintos
polvosos y minados.
No habrá forasteros todo terreno,
los senderos sellados
se desleieron a propio contorno,
leva de puños duros.
Tierra enemiga de seres endebles,
arcilla consumida,
donde nacen hombres bajo los robles
en comunión osada.
Es polvo marchito que parlotea
por las bocas errantes,
es aire que inflama, pide presea,
es mi pueblo de soles.
Las fronteras
País de negras ventiscas que nos golpean;
entre cladodios de nopal se escurren las armas,
altos hombres que se esconden
reconociéndose en sí, entre coraje:
recorren los estados, falsean,
penetran en el sueño del que grita,
y lo rompen, lo violan, y lo esconden.
Líneas del mapa, fronteras islas,
al júbilo del cielo se pretenden,
se reconocen por demonios
que a la luz del llanto prosperan,
y su gente despierta, se levanta,
se ensucia, se tropieza, y se levanta,
se lucha, consigna, se arriesga, y vive.
Las fronteras se fumigan en el mitin,
en un dócil centelleo,
con la fuerte libertad -audaz fortuna-,
de pueblo, de solvencia, de aire libre;
fronteras arterias, que nos hermanan,
fronteras mismo destino: Victoria.
Es la lucha que recorre la vista,
se enfrenta a este silencio conforme,
al plácido beneficio servil,
al recato y miedo; viles demonios
que se empuñan sin soltar el camino,
y abro los ojos y ahí estamos juntos,
en cautela, en la fina transfusión
de una patria buena, que vuela y libera.
Semblanza:
David Solís Sánchez. Estudió la Lic. en Comunicación colectiva y periodismo; cuenta con una maestría en Ciencias de la Educación y otra en Proyectos Educativos Virtuales. Publicó los poemarios Secretos del ayer (2006), Desnúdame el alma (2008) y A tu figura mis pensares (2010). Ha escrito poesía y cuento para revistas literarias electrónicas e impresas. En el ámbito educativo es autor de los libros: Podcasting para docentes y alumnos y Comunicación y Sociedad. Una guía práctica para la comprensión y uso de las TIC. Coautor de Podcasting Tú tienes la palabra. Ha colaborado con columnas e investigaciones de interés en diversos medios de comunicación de radio y prensa escrita. Trabaja como catedrático de la UNAM, UAEH y otras instituciones públicas y privadas.
PUBLICADO EN LA REVISTA LITERARIA MONOLITO EL 11 DE JUNIO DE 2017
http://revistaliterariamonolito.com/poemas-de-david-solis-sanchez/
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